sábado, 12 de septiembre de 2020

REVIEW DE "BLOOD GIANT" (7X13, THE 100): LA TRAICIÓN DE CLARKE


Los 100 han regresado con más fuerza -y controversia- que nunca y tanto guionistas como productor -Jason Rothenberg- han aclarado que no se van a cortar ni un ápice a la hora de poner punto y final al recorrido de nuestros protagonistas, al precio que que sea y cualesquiera que sean las consecuencias. Este episodio, titulado "Blood Giant" o "Gigante de Sangre" no debe su nombre al azar: en él hay sangre, muertes y un personaje clave, un "gigante" -además del propio sol rojo-heroico en sus comienzos, directamente implicado en ellas: Clarke Griffin, que en esta ocasión sí ha hecho honor a su sobrenombre de Wanheda. Pero si el episodio ha sido impactante, no es sólo a causa de su final o de la acuciante tensión que se palpaba en la piel de los protagonistas, sino también por la ansiada convergencia de las tramas de Sanctum y Bardo, que finalmente ha tenido lugar.


La acción se precipita en los primeros instantes de metraje, con el enfrentamiento cara a cara entre Sheidheda  y Cadogan, escena bien ejecutada pero que podría haber sido llevada a cabo de un modo menos apresurado, ya que en esos breves instantes le sería imposible a nadie saber si quien tiene ante sí es amigo o enemigo. Por otro lado, Clarke y Raven que, tras el fulgor de los láseres acuden raudas a socorrer a Murphy, apenas mantienen conversación entre sí, y el estupor de Emori y su amante ante el malogrado Discípulo Blake se salda con un par de abrazos y aclamaciones toda vez que ya se han reunido.


 En esta primera parte se echa de menos más diálogo, un espacio para que los principales protagonistas de Los 100 den cuenta de los sucedido, ya que sus respectivas obligaciones les han forzado a seguir caminos diferentes esta temporada. En lugar de eso, Raven, Murphy y Emori parecen limitarse a mirar de reojo, entre fascinación, duda y extrañeza,  al que hasta hace bien poco consideraban su amigo, creyendo, como ya es costumbre, que su posicionamiento con el enemigo es temporal y que forma parte de una estrategia más amplia para acabar con la amenaza bardoniana. La escena más conmovedora es sin duda la de Murphy y Raven, aunque parece inverosímil que  ambos puedan haber asimilado tan rápido  todo lo que ha ocurrido mientras Clarke y los demás estaban detenidos en Bardo. The 100 ha pisado el acelerador, sí, pero ¡¿en qué momento?! Da la impresión de que hay demasiadas cosas que contar todavía...


La reacción de Indra tampoco es la más adecuada en este contexto, pues sus pensamientos se hunden más en la venganza contra Sheidheda que en la preocupación por el paradero de su hija Gaia, ahora que sabe que no está con el grupo de Clarke. Bien es cierto que el vínculo parental entre Indra y Gaia no es tan profundo como el que existía entre la misma guerrera y su aprendiz Octavia, mucho más extensamente desarrollado durante el transcurso de la serie, pero ya quedó suficientemente demostrado en "Damocles (I)" (5x12) que ella jamás abandonaría a Gaia a su suerte. 


Esto no significa que las relaciones entre los personajes y sus sentimientos pasen desapercibidos en el capítulo, puesto que siguen pesando a la hora de tomar decisiones. "Blood Giant" no representa únicamente un conflicto cultural o contra la impenitente naturaleza cósmica del planeta Alpha -y su toxina de la locura-, sino también una perenne lucha entre nuestros héroes y sus demonios internos, que tiene su máxima expresión en Gabriel. Las inermes tropas bardonianas deben lidiar con el alma que cada uno de sus soldados creía ya sepultada en lo más profundo de sus yermos corazones y Gabriel, perturbado por el espejismo de Josephine Lightbourne, se enfrenta a sí mismo, a su voluntad, a lo que él fue en otros tiempos, sumergiéndose en una intensa pugna psicológica entre voluntad y deseo que se salda con la victoria del raciocinio instintivo, aniquilando la Llama y enterrando el misterio del código de la Piedra que tanto tiempo había pasado investigando. 

Cuesta creer que Sheidheda, quien siempre iba tres pasos por delante de sus detractores, quien tan astutamente se había abierto camino hasta el trono, fuera noqueado sin más por los bardonianos, pero éstos poseen armas más precisas y mortíferas. Su papel como villano de la temporada 7 parece haber caído ahora en saco roto y uno se pregunta por qué los guionistas no han escrito un guión para este personaje que le permita no ya hacer frente a Cadogan, sino por lo menos, estar a la altura, ya que poco después de ser apuñalado en el riñón es atado junto con Indra. Cuando ella consigue liberarse duda por momentos qué hacer con el comandante que asesinó a su madre y sometió a Trikru, algo que no se entiende muy bien, porque hasta no hace muchos capítulos, ella no habría dudado en acabar con su vida a la primera oportunidad, de no ser por el hecho de que nadie sabía que Russell había muerto. Otra alternativa habría sido que Indra muriese en el duelo contra el Comandante Oscuro, salvando a Madi, un giro que habría sido sin duda mejor tanto para el personaje de Adina Porter como para el de Jason R. Bourne, porque lo cierto es que ninguno de los dos ha sobresalido en este episodio. 



La serie ha preferido optar por senderos ya recorridos, uniendo a Indra con Sheidheda en un intento por deshacerse de su nuevo enemigo común. Se trata de dos personajes que han quedado casi obsoletos. Cadogan es de lejos mejor oponente, pero lo es dado su retorcido pensamiento milenarista al querer salvar a la especie humana de sí misma, mientras que Sheidheda es el típico "malo malísimo" al que sólo le importa el poder. A estas alturas de la película quizás habría merecido más la pena no haber revivido al Comandante Oscuro o, de hacerlo, como han hecho, dotarlo de más profundidad. ¿No podría haber tenido recuerdos como los de Madi y haberse lanzado a la conquista de diferentes planetas...? 

La temporada 7 no es mala pero cada vez son más notables los defectos relacionados con el desarrollo psicológico de los personajes, con sus propósitos y su aportación al conjunto de la serie. Es como si a muchos de los que necesitan urgentemente un cierre de trama, un final, la serie se lo negase, manteniéndolos vivos solo para rellenar pantalla, mientras que a los que precisan de más tiempo para completar su desarrollo, se les cercene todo atisbo de esperanza. Ése es, sin ir más lejos, el caso de la polémica muerte de Bellamy Blake. 

Al final del episodio, Clarke, a pesar de tener ahora la situación bajo control, le dispara en el pecho a su mejor amigo, cuando no hacía ninguna falta,  y por varias buenas razones: por mucho que Bellamy se inclinara por la religión bardoniana, no había vuelto a sostener un arma desde que entró en Bardo, y lo único relevante que había hecho fue "traicionar", o mejor dicho, revelar a Cadogan el secreto de Clarke... ¡sus intenciones eran comprensibles! en ningún momento pretendía hacer daño a nadie. De hecho, no podemos olvidar que Bellamy fue el primero en encabezar esa expedición al Monte Weather  para buscar a Clarke, quien trató de protegerla de su propia hermana  aunque para ello Madi tuviera que portar la Llama, ¡quien finalmente la reanimó en el campamento de Gabriel! Clarke le debía a Bellamy su vida y el hecho de que quiera proteger a Madi no justifica que pueda asesinar indiscriminadamente. Además, Bardo ignoraba que Madi hubiese llevado la Llama y Bellamy jamás mencionó nada de todo aquello, por lo que en ningún momento la vida de la joven había corrido peligro alguno. La reacción de Clarke, o se explica por una reacción instintiva de tipo preventivo -te mato ahora por si acaso más tarde decides matarnos a todos-, por la toxina del sol rojo, que pareció afectar a todos menos a ella, o no se explica. 



La muerte de Bellamy no sólo es, quizás, un fallo de guión, sino también una imitación  de la secuencia de Game of Thrones en la que Jon Nieve asesina a traición a Daenerys Targaryen. Sin embargo, en aquella ocasión hasta era lícito  acabar con la vida de una asesina, ¡pero es que Bellamy no puede ser considerado como tal! En cualquier caso, tanto si es un recurso fácil calcado de otra serie de gran éxito como si no, la salida de Bob Morley de la serie se había convertido hacía meses en un rumor constante en las redes sociales. Muchos pensaron que sería una de las víctimas de la última temporada, pero aquí poco hay de profecía autocumplida, puesto que el año anterior el personaje de H. Ian Cusick, Marcus Kane, sólo apareció en tres episodios de trece, siendo uno de ellos el de su propia muerte. Podemos afirmar que si Los 100 se olvida a propósito de uno de sus protagonistas, es porque está pensando deshacerse de él, pero también han influido otros factores, como el hecho de que Bob Morley solicitara un descanso por motivos personales que forzó a reescribir el guión de la temporada final. 


La ingente decepción que ha provocado la decisión de J. Rothenberg en el fandom prescindiendo así del líder masculino de The 100 sólo es comparable a la caída en picado que experimentará su audiencia en los restantes episodios. A pesar de las explicaciones del showrunner, los seguidores se sienten decepcionados: para empezar, esto significa que ya no veremos un final feliz con Clarke y Bellamy abrazados y besándose frente a la puesta de sol, aunque eso implique, por otro lado, cierto alivio para los bellarkers al no ver tampoco la unión entre él y Echo, su otro amor. No acontecerá tampoco esa anhelada reconciliación entre los hermanos Blake, ya que ni siquiera Octavia tuvo ocasión de decirle que le había escrito una carta, que le entiende y que lo perdona. Y, por supuesto, Bellamy jamás gozará ya de una segunda oportunidad para regresar al lado de sus amigos. No habrá redención alguna para él, como sí la hubo para Octavia, aunque, sinceramente, era algo que se veía venir teniendo en cuenta que sólo quedaban tres capítulos más. No es la muerte que merecía un personaje tan importante como lo ha sido Bellamy. Incluso el sacrificio de Diyoza fue memorable en comparación. 

Todo ello significa un cambio brusco de dirección en la trayectoria de Clarke como heroína de la serie, ya que en adelante será considerada una traidora por sus compañeros. Cabe esperar que calle sobre lo ocurrido, pero que, una vez llegue a oídos de Octavia y Echo, el destino de Clarke quede sellado. El de Echo también se tambalea, así las cosas, porque todos sus esfuerzos se habían concentrado en reunirse con él y ahora todo ha sido en vano. ¿Y Octavia? ¿tratará de vengar la muerte de su hermano ejecutando a Clarke? ¿volverá el lado más oscuro de Blodreina para asestar un último golpe  justo cuando sabemos que ella y los demás han regresado a la Tierra y que volveremos a recorrer los pasillos del búnker de Wonkru una última vez?


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Philosophic Dragon


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