sábado, 26 de septiembre de 2020

REVIEW DE 7X15 ("THE DYING OF THE LIGHT", THE 100): EL FIN COMIENZA CON LAS LÁGRIMAS DE LA DESESPERANZA

 

"The Dying of the Light" arranca con el derrumbe provocado por el explosivo enviado por Cadogan, con Murphy, Emori, Jackson y Raven en el epicentro de la tragedia. Sin escapatoria, sin ayuda y con Emori malherida y a punto de desangrarse, nuestros amigos tratan de hallar desesperadamente la Piedra para regresar a Sanctum en una apresurada carrera contrarreloj que también crispa los nervios a sus compañeros del otro lado, Clarke, Octavia, Indra, Gaia, Jordan y Hope, impacientes por volver a Bardo a por Madi antes de que el daño sea irreparable, mientras Cadogan literalmente perfora la mente de la ex-comandante.

 Las escenas oscilan entre estos tres escenarios y mantienen en todo momento la tensión del espectador ante la incertidumbre que causa ver a dos personajes al límite de sus fuerzas, besando la muerte. Como contrapunto a todo este dolor, a especialmente a la desgarradora secuencia final en la que brilla Lola Flannery (Madi) sin embargo, también tenemos la intervención de Sheidheda a mitad de episodio, añadiéndole un toque algo gracioso a una situación verdaderamente dramática, por no hablar del reencuentro entre Octavia y Levitt, emotivo a la par que romántico. En definitiva, el anteúltimo episodio de esta historia ha estado lleno de contrastes y de grandes momentos sentimentales. Le ha faltado algo más de acción, incluso de progreso de la trama, pues en el fondo ni Clarke ha podido rescatar a Madi íntegramente ni tampoco Raven y los otros garantizar que Emori cruce el portal con vida. En ese sentido, el capítulo se ha percibido ligeramente vacuo, sin la acción o los efectos especiales tan habituales en otros finales de temporada. 

La conveniencia del guión se impone por pura inercia y continuamos siendo testigos de nuevos recursos deus ex-machina, como las píldoras nanotransmisoras, de las que Cadogan echó mano para volver a Bardo ante la ausencia de una Piedra, y que casualmente son dos para proporcionar a Octavia y a Clarke esa vía de escape. Es evidente que los escritores se han sacado este as de la manga específicamente para eso y que la temporada 7 no ha estado exenta de improvisación, ya que lo lógico habría sido que Hope las hubiera empleado con tía O para evitar tener que clavarle una daga, y así de paso habernos ahorrado medio año de sollozos por la supuesta muerte de Octavia. Y todo ello, por omitir el hecho de que Echo y Niylah están ahora en paradero desconocido. La última vez que supimos de su existencia estaban borrachas y acostadas en sus literas cuando resonó el tronido de la explosión, que no pareció afectar sobremanera a la estructura de su habitación. Aunque eso se antoja pecata minuta comparado con la trama de Levitt que, sin saber nada de Octavia, Clarke y compañía, ¡formaba parte de su plan de rescate! Octavia contaba con él para autorizar su teletransporte a Bardo, y eso que hacía tiempo que no se habían visto  y que ninguno de ellos disponía de medios para comunicarse con el otro.

Así las cosas, parece inconcebible que Los 100 termine satisfactoriamente con sólo un episodio más y que cuarenta minutos basten para cerrar todas las tramas. Sin embargo, sucede no sólo con ésta, sino con otras ficciones, que los penúltimos episodios parecen caóticos e irresolubles, solventándose todo de forma milagrosamente eficiente en menos de una hora, a menudo superando o eliminando el obstáculo o antagonista que se interponía entre los protagonistas y su objetivo. En el caso que nos ocupa, Cadogan es el verdadero enemigo de Clarke y sus amigos, si olvidamos un poco el hecho de que Clarke suele ser el detonante de los conflictos con otras civilizaciones, bien por activa o por pasiva.

Octavia y Diyoza aterrizaron por accidente en Penitencia y los Discípulos las trasladaron a Bardo para conseguir más información sobre la Llama y sobre Clarke -aún me pregunto cómo sabían quién era Clarke Griffin antes de practicarle a Octavia la extracción de memoria-, aunque ese acontecimiento desencadenó la misión de búsqueda y rescate de Hope, Echo y Gabriel, que se saldó con varios Discípulos muertos y que, por ende, incomodó al Pastor, que decidió utilizarlas como rehenes para atraer a Wanheda hasta su guarida. Bellamy se rebeló igualmente contra sus captores y terminó peregrinando por las cordilleras de Etherea, y durante su secuestro Echo fue sobre todo la que reaccionó con más agresividad, siendo responsable de muchas de los asesinatos en su nombre. Sin embargo, los Discípulos trataron de capitular con Clarke, quien es en esta temporada indirectamente responsable de la mitad de estos sucesos, si bien eso no es óbice para olvidarse de que Cadogan es culpable de homicidio tanto como ella, dado que su afán de hacerse con la Llama le condujo a asesinar a su mujer y a Becca Franko. 

Los bardonianos han apostado en varias ocasiones por el diálogo para evitar la violencia mientras que Clarke y los suyos siempre suelen actuar con mayor impulsividad y desconfianza, pero la conclusión a la que llegamos es que si Echo hubiera cambiado de idea y hubiese confiado en el prisionero Orlando, habría sido mucho más fácil el posterior entendimiento entre estas culturas. Lo cierto es que la sola presencia de los descendientes de Segundo Amanecer y su líder constituye en sí un problema, porque de no existir su interés en la Llama o la última guerra, nada de todo esto habría ocurrido. Más que ellos, son sus creencias las que implican un verdadero riesgo, porque son las que realmente les impulsan a cometer actos que incluso contradicen su propia filosofía, algo que explica muy bien por qué Cadogan es en verdad el problema, y no tanto quienes le sirven, que ni siquiera le habían conocido en persona. No es en absoluto complicado transgredir las leyes cuando uno es quien las ha dictado, y la conversación entre Bellamy y Cadogan en 7x13 refleja claramente cómo éste se percibe a sí mismo y cómo a los que han nacido bajo su mandato religioso. Él sólo ordena; el resto obedece, y el fin justifica los medios. 

Por momentos, la serie parecía encaminada a justificar la bondad de El Pastor y su rebaño, convirtiendo a Clarke en la madre del caos y la muerte, perspectiva que se ha ido desviando a partir del episodio 14, ya que un líder que pugna por salvar a la humanidad no lanzaría una bomba contra sus opositores ni tampoco calcinaría el cerebro de una niña en busca de un vago recuerdo del que ni siquiera ella es consciente, dejándola inválida y paralítica. Y es que, tal vez la serie es más convencional de lo que parece y sí que hay buenos y malos, después de todo, un punto de vista que sí que permitiría legitimar la muerte de Bellamy por alinearse por segunda vez con el partido equivocado. De no ser así, Los 100 no podrían poner punto y final a su última aventura espacial. Por lo tanto, Cadogan es el adversario y hay que detenerle, porque sólo cuando eso suceda podrán nuestros héroes encontrar algo de paz, y una vez hecho, eso constituiría el cierre de todas las tramas.

 

De hecho, si analizamos un poco más de cerca las principales, nos percataremos de que si el desarrollo de estos personajes no ha sido tan acusado esta temporada como las pasadas, es porque muchos de ellos ya estaban listos para cerrar. Clarke ha cometido genocidios en nombre del amor, de la amistad y de la supervivencia, en ocasiones por egoísmo o por ideología. Como personaje, Clarke ya no tiene nada más que aportar a la serie y lo justo sería que ella misma se sacrificase para salvar a quienes quiere. Octavia ya ha culminado su arco de redención gracias a Diyoza y a Hope, ha comprendido a su hermano mayor, a pesar de haberle perdido recientemente y, cuando vuelva a empuñar una espada, lo hará con el poder que le brinda la sabiduría de la experiencia y de la madurez. Murphy y Emori eran unos renegados individualistas al margen de la sociedad, pero gracias a que se han convertido en líderes y en personas que inspiran confianza, han aprendido el significado del altruismo; Raven, por su parte, ha aceptado su parte de culpa en la toma de decisiones difíciles, enfrentándose a sus miedos, aceptándolos y superándolos en lugar de negarlos o huir de ellos...

Los 100 es progreso y evolución; la Humanidad persigue artificialmente la perfección, que se revela como un sendero infinito de invisible horizonte que hay que transitar, aun a sabiendas de que jamás se alcanzará pues, llegado el caso, cesaríamos de andar; porque lo verdaderamente importante no es la meta, sino el camino. 

Por último, y ya para finalizar, aclaremos que "The Dying of the Light", a pesar de las citadas irregularidades argumentales, sabe compensar magistralmente estos fallos menores con una exquisita cinematografía, unas interpretaciones impecables y unos primeros planos diseñados para arrancar sin denuedo las lágrimas del televidente, arrastrando a los personajes a las decisiones imposibles que tanto caracterizan a la serie, destruyendo todos los vínculos afectivos entre los protagonistas a fin de impulsarles a pugnar más duro si cabe por recuperarlos. Y es que los finales de The 100 nunca se precipitan en el último episodio de cada temporada, sino en el penúltimo. Éste es el principio del fin, y el fin comienza con las lágrimas de la desesperanza.

***

Philisophic Dragon



3 comentarios:

  1. Análisis espectacular, mejor no se puede explicar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario! Me alegro de que te haya gustado. Siempre intento ofrecer una visión tanto positiva como negativa de los episodios. No soy periodista (aunque sí tengo carrera y estudios) pero me he dado cuenta de que en bastantes websites como CraveYouTV o The Young Folks los análisis se centran demasiado en los defectos, en lo que más ha disgustado a los fans, en señalar lo bajo que ha caído la serie. Otros como Hypable hablan de todo un poco, pero son los menos. Y es verdad que el guión se ha resentido en los últimos episodios, pero todo tiene su explicación lógica y es más enriquecedor tener una visión global, tanto de lo bueno como de lo malo, que sólo de lo malo. Si uno sólo se queda con los aspectos negativos del final de una serie, le parecerá que el final es malo y dirá que la serie ha sido una pérdida de tiempo. La última temporada ha tenido capítulo interesantes, y otros más lentos, pero eso pasa en todas las series. Unos pocos episodios no pueden hacerle justicia a una serie entera.

      Eliminar
    2. Amén! Fantástico post, y magnífico comentario. Es cierto que si te centras en lo malo, todo acaba en decepción. Que tiene momentos inexplicables… si, como casi todas. Al final siempre me pregunto…. La serie tiene cosas malas… o tiene cosas que no van como a ti te gustaría, y por eso son malas?? En una gran reflexión que siempre lanzo a mis amigos!! Gracias, y saludos!

      Eliminar