viernes, 19 de junio de 2020

REVIEW Y CRÍTICA DEL 7X05 (THE 100): WELCOME TO BARDO


Las expectativas de Welcome to Bardo (Bienvenidos a Bardo) eran elevadas y, conforme transcurría la semana, las ansias por ver de nuevo a Octavia Blake en acción ascendían rápidamente por todo lo alto. El miércoles, la expectación en torno al episodio sólo era comparable a la ingente cantidad de felicitaciones de cumpleaños que los fans de The 100 dirigían a su protagonista, interpretada por Marie Avgeropoulos quien, nuevamente, ha vuelto a dejar muy alto el listón de la serie. Como ella misma anunciaba, "su trabajo es serio" y "así será el capítulo de esta noche". No hacía falta añadir nada más, porque hasta el idioma es demasiado parco para expresar todo lo que representa Welcome to Bardo

Se nos vienen muchos adjetivos, pero el que mejor definiría este episodio es el de capítulo "circular", porque ha cerrado con broche de oro un ciclo que se inició en la segunda mitad de la secta temporada, cuando Octavia y Diyoza se adentraron en la Anomalía por primera vez: el propósito del 7x05 es precisamente llenar con éxito esa gran laguna que quedó pendiente en agosto del año pasado, y que, poco a poco, hemos ido reconstruyendo a partir del 7x02, The Garden. El episodio, dotado de grandes revelaciones, permite atar cabos y reconstruir la segunda mitad de la experiencia vivida por Octavia durante esos tres segundos que, en realidad, se tradujeron en toda una vida de penitencia involuntaria en el planeta Skyring al lado de Diyoza y su hija Hope. Sin embargo, ésa no es la única parte del relato que progresa, porque también asistimos a los problemas que se desatan en Sanctum a raíz de Sheidheda y de las facciones integradas por los creyentes, los convictos y los últimos Hijos de Gabriel. Ahora Murphy, Emori, Jackson, e Indra están solos, porque, aunque ellos lo ignoran todavía, la patrulla con Clarke, Raven y Jordan al frente ha quedado atrapada en el planeta Nakara. También se revelan algunos secretos de los Discípulos, esa secta responsable de la Anomalía que en realidad no es descendiente de la Eligius III, y cuyo origen queda de momento envuelto en niebla. 

La duración del episodio no parece la que es, y pareciera que nosotros también hemos aterrizado en Skyring, porque el ritmo de desarrollo de los acontecimientos es enérgico, frenético, muy acelerado, tanto que parece que no da  tiempo a deleitarse convenientemente con sus escenas de acción, intriga e incluso de ternura, porque además otro de los puntos álgidos del episodio es el reencuentro entre Octavia y Hope, y el regreso, aunque breve y momentáneo, de su hermano Bellamy, en una escena final que mantenía la tensión en un hilo, mientras éramos testigos de cómo los Discípulos amenazaban la vida de ambos. Las interpretaciones de los actores son absolutamente espléndidas, en especial la de Marie Avgeropoulos quien, en poco más de media hora, reproduce todos los diversos gestos y polifacéticos sentimientos  propios de su personaje con la maestría que le caracteriza. 



La acción comienza con la desafortunada huida de Octavia de la fortaleza espacial de Bardo justo después de que las dos, ella y Diyoza, fueran apresadas en Skyring. La joven se escabulle en un abrir y cerrar de ojos, no sin antes desafiar con la mirada a sus captores. El inicio de Welcome to Bardo contrasta enormemente con su final, porque si bien aquí vemos cómo aflora el instinto de supervivencia de la joven guerrera, su olvidado lado de Blodreina, al término contemplamos su versión más conmovedora, esa que se ha fraguado gracias al amor que le brindaron sus compañeras de reclusión. 7x05 juega con ambas dinámicas con la misma habilidad que lo hace con las fluctuaciones temporales, ya que saltamos de pasado a presente y viceversa. El episodio representa a Octavia y todo lo que la rodea, incluidos sus seres más queridos, ilustrando su evolución a lo largo de la serie a través de los reencuentros con ellos que muestran cómo éstos han influido en ella y en su personalidad.

Entretanto, en Sanctum las cosas están empeorando: Indra y los suyos le han perdonado la vida a Russell pero sus devotos exigen su liberación, presionando por medio de inmolaciones individuales, al tiempo que Sheidheda pone en marcha su remoto plan que, de momento es acorde a las pretensiones de Wonkru. Sin embargo, en un momento delicado para Murphy y Emori, que aún están recuperándose de la radiación del reactor, Trey y los feligreses los desenmascaran y ordenan prenderlos, algo que, tarde o temprano, sabíamos que ocurriría, pues ya circulaban muchas sospechas sobre su comportamiento.  Sheidheda es quien, contra todo pronóstico, evita que sean ejecutados, aunque Indra, sabia y avispada como de costumbre, percibe algo extraño en Russell y es en ese instante cuando, poniéndole a prueba, entiende que se trata del Comandante Oscuro. Ella era muy pequeña cuando éste conquistó Trikru y masacró a su familia pero, aun con ansias de destruirle, prefiere esperar, sabiendo que no conviene subestimarlo, sobre todo ahora que su malsana benevolencia les puede dar más tiempo para controlar a la facción extremista.



Regresando de nuevo al pasado,  descubrimos que Levitt, el científico de buenas intenciones que examina los recuerdos de Octavia y le interroga por su llegada a Skyring es, junto con Hope, la persona que más tarde le ayuda a escapar con vida y quien le tatúa el código de su espalda. Octavia perdió durante el tránsito por el puente todos sus recuerdos, ya que Hope necesitaba el yelmo para regresar y buscar a su madre. Por esa razón, Octavia no recordaba nada tras abalanzarse en los brazos de Gabriel y, posteriormente, tras inyectarle éste la toxina, ella, inconsciente, lidiaba en sueños con su alter ego Blodreina: fue un extracto de recuerdo que Levitt le arrancó en la sala M-Cap, un fragmento tan vívido que le fascinó y que le permitió comprender sus acciones en el pasado: no es una asesina, por más que ella insista en que tal es su naturaleza. Más tarde, al final de la sexta temporada, la hija de Diyoza acordó con los bardenses traer  de nuevo a Tía O mediante la inserción del localizador a cambio de recuperar a su madre. Sin embargo, Anders incumplió su palabra y, en el presente, Hope, acompañada de Gabriel y Echo, se infiltra en Bardo y coopera con Levitt de nuevo por orden de Octavia para idear una forma de sacarlos a todos de allí. 

Al parecer, los Discípulos no descienden de la Eligius III y mencionan algo sobre una "piedra" y el planeta Tierra, como si hubiera tenido lugar algún evento posterior al último apocalipsis que lo devastó. Están interesados particularmente en Clarke, convencidos de que es la única que puede detener la última gran guerra de la Humanidad, de ahí que Octavia y Bellamy constituyan el cebo para atraerla a ella y a sus compañeros hasta Bardo. Pero ¿qué guerra? ¿y contra quién...? ¿Por qué precisamente la elegida es Clarke Griffin...? 



El final del episodio oscila entre conmovedor y trágico, ya que los hermanos Blake se ven las caras tras pasar muchos días incomunicados, y la explosión tras la que Bellamy se esfuma se convierte en otro cliffhanger idéntico al del 6x13. En este caso, es Echo la que pierde totalmente la cordura, si es que antes le quedaba algo. Hay que señalar aquí que la dinámica opuesta entre Octavia y Echo, que primero eran enemigas y después aliadas, posee el mismo epicentro: al tiempo que la sanguinaria Octavia emergida de la quinta temporada se ha ido dulcificando gracias al amor, Echo, que primero era tan cruenta como su ex-némesis, experimentó una evolución similar gracias al apoyo de Bellamy en esa misma season, cuya pérdida ahora le ha trastocado volviéndola impulsiva y descarriada, haciendo honor al ojo por ojo y diente por diente.

En el próximo capítulo, Welcome to Nakara, veremos cómo les va a Clarke, Raven, Jordan, Miller y Nyilah en el planeta glacial, y de qué manera se las apañan para sobrevivir sin recursos mientras  buscan indicios de otra Piedra de Anomalía o se las ingenian para enviar un mensaje de socorro a sus compañeros.

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Philosophic Dragon


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