En el episodio anterior...
Nuestros protagonistas fueron aceptados a regañadientes entre los habitantes de Sanctum. Clarke se aprovechó de dicha circunstancia para mostrar amabilidad, confianza y buenas intenciones en una cena con Russell y Simone que no terminó demasiado bien, mientras un equipo liderado por Bellamy se dirigía al bosque a recuperar la nave, que había sido atacada por los Hijos de Gabriel. Cuando parecía que sus enemigos se retiraban, Octavia les agredió y, por castigo, su hermano la condenó a exiliarse en el bosque. Mientras tanto, Jordan se había enamorado de Delilah, que esa noche fue secuestrada por los Hijos de Gabriel. Clarke y los suyos trataron de interceptarlos, con éxito, pero ello reveló ante Russell y los "primeros" su preciada sangre negra, algo que decidieron mantener todos en secreto, en la medida de lo posible. Gracias a la ayuda de los terrestres, los ciudadanos de Sanctum se reencontraron al menos con Delilah, y por recompensa se les ofreció la posibilidad de quedarse en el asentamiento. Sin embargo, Diyoza fue detenida y, Octavia, apresada por los Hijos de Gabriel.
Análisis del capítulo 6x04: "La cara tras el cristal"
La noche aún no ha terminado en el planeta de dos soles. Las primeras imágenes nos transportan de nuevo al bosque, en el que observamos a Diyoza encendiendo una hoguera, sin saber ni cuándo ni cómo se ha escapado. Entonces se escucha el rugido de unos motores, y es rodeada por varios de "los primeros". Están dispuestos a indultarla si encuentra y libera a la pequeña Rose, misión a la que la embarazada se presta.
Un nuevo amanecer acaricia a Sanctum, y la vida parece seguir su curso. Todo está tranquilo, pero nada ha pasado desapercibido para Russell y Simone, que ya están haciendo planes para la ceremonia del nombramiento, con una tarea pendiente en su agenda: rescatar a Rose. No están dispuestos a cancelar la fiesta.
Delilah y Jordan se acaban de despertar. Jordan reflexiona sobre los años de soledad que pasó en el Anillo del Arca. Su deseo de conocer a otras personales le impulsó a entrar en criosueño, pensando más en sí mismo que en sus padres. Delilah insiste en que no debe torturarse por sus pecados, porque el día del nombramiento sirve precisamente para purificarse y renacer como persona.
En el local público, todos los ciudadanos cooperan para preparar el desayuno y la comida para la fiesta. Clarke y Maddie no recuerda que se trate del ritual del nombramiento, pero un cocinero se lo comenta a ambas, y les anuncia, para su sorpresa, que son las invitadas de honor, lo cual nos hace sospechar por qué.
La aparición de Jordan junto con Delilah es bienvenida y celebrada entre la multitud, mientras Clarke es examinada por un sanador. Su sangre ya no es ningún secreto. Raven también se deja caer por allí, y busca la manera de sentirse útil, tras un episodio en el que pasó prácticamente desapercibida. Por su parte, Maddie le pregunta a Clarke si, a partir de ahora, todo va a ser coser y cantar, y si podrá ir al colegio. Su madre adoptiva no está de acuerdo, pues eligió ser comandante, y toda decisión conlleva responsabilidades.
Una sirena anuncia la primera parte del ritual: la confesión, que se inaugura con un discurso de Russell y una recitación pública del lema basado en "arrepentirse, renovarse, regocijarse y renacer". A continuación, todos proceden a disculparse y perdonarse entre sí.
Clarke aprovecha un momento de intimidad para disculparse ante Raven por lo de Shaw y lo sucedido en el desfiladero. La mecánica de la nave no las acepta de buen grado, y le reprocha a Clarke el hecho de cometer atrocidades y disculparse metódicamente, como si sólo el hecho de arrepentirse pudiera arreglar las cosas. Le expone el ejemplo de Bellamy, que abandonó a su hermana en el bosque por constituir una amenaza para todos ellos, y argumenta que, en realidad, ella apenas se diferencia de Octavia.
En estos momentos, la hermana de Bellamy esta siendo sometida a un duro interrogatorio por los Hijos de Gabriel, que quieren saber más acerca de Clarke, debido a su sangre negra y a que será la próxima anfitriona de "los primeros". La cabecilla es partidaria de aniquilar a sus dos cautivas, pero uno de ellos lo impide y propone llevárselos a su líder. Octavia observa recelosa las tensiones entre ellos, que deciden zanjar la disputa y reanudar la marcha. Rose, asustada, le pide a Octavia que intente hablar con ellos, pero ésta prefiere esperar la ocasión más oportuna para zafarse de las cuerdas.
Durante un descanso, el mismo chico de antes les ofrece un pedazo de carne, que Octavia rehúsa comer. Él, consciente de que intentarán escaparse, le disuade, pues podría provocarse una hemorragia en la arteria radial.
De vuelta en la fiesta, Clarke ultima su farolillo, y se acerca a Bellamy. Los farolillos se iluminan con una vela y se lanzan hacia el cielo para que se lleven todos los pecados. Ella aprovecha para disculparse por haber pretendido dejarle en Polis, a merced de Octavia y del pozo, pues él también es su familia. Bellamy también tiene pecados que purgar, sobre todo el de abandonar a Octavia a su suerte en las afueras de la ciudad, pero evita hablar de ello, y los dos se abrazan.
Raven, por su parte, inspecciona las herramientas de un taller, y conoce a Ritter, un joven con problemas de pareja y, lo más importante, propietario de una moto que ella puede arreglar. Los dos entablan conversación y acercan posturas, mientras todos los demás se divierten en la discoteca. El médico le pide un baile a Clarke, que es observada desde la distancia por un indeciso y compungido Bellamy. Echo le anima a dejar de lado los remordimientos, y le cuenta, cuanto están ya a solas, que toda su existencia ha transcurrido en medio de una permanente danza de la vida y la muerte.
Esa noche, cuando los Hijos de Gabriel quieren darse cuenta, Octavia y Rose ya se les han esfumado. Rose no puede seguir corriendo, pero la hermana de Bellamy trata de calmarla diciéndole que enfrente a sus demonios, que se convenza a sí misma de que no tiene miedo. Cuando los Hijos de Gabriel les están pisando ya los talones, hace acto de presencia Diyoza, y entre ellas se ocupan de darles su merecido.
Sin embargo, cuando Octavia parece tener a raya a la cabecilla, Rose se desmaya, como si le hubieran disparado, dejando a Octavia boquiabierta. A continuación, ella se viste como los Hijos de Gabriel y se dispone junto con Diyoza a dar caza al único que se ha salvado.
En la fiesta, Clarke y el médico disfrutan a solas de una noche de pasión, y Ritter deja sola a Raven para acudir al nombramiento de Delilah. Russell da inicio al ritual, en presencia de los otros "primeros", y Delilah se despide de Jordan, diciéndole que no le deje ser simplemente "una cara tras el cristal". Los "primeros" se retiran a una estancia privada y, sin que sepamos qué ocurre dentro, la segunda vez que Jordan y Delilah cruzan miradas, ésta ya no le reconoce, dejando estupefacto a su amante.
Entretanto, Clarke descubre que su amante es un traidor, uno de los Hijos de Gabriel, que ha husmeado en sus bártulos y retratado las caras de sus objetivos: todo es por su peculiar sangre negra. Sin permitirle explicaciones, Clarke se apresura a huir por la ventana, pero le dispara un dardo paralizante. Sin embargo, la guardia de Russell percibe algo anómalo en la vivienda, y descubren al traidor, que se suicida, trasladando a Clarke a la estancia prohibida.
Allí le practican una cirugía similar al ritual de la ascensión de La Llama, implantándole un chip muy parecido a los de ALIE, que contiene la mente de Josephine. Russell anestesia a Clarke quien, tendida e incapacitada para defenderse de sus agresores, sólo puede asistir como espectadora a una macabra escena. Poco a poco su conciencia se apaga y, cuando esta vuelve en sí, su mente ha perecido y ha sido tomada por la de la hija de Simone y Russell.
Conclusiones
El capítulo ha revelado el enigma del misterioso ritual del nombramiento: un extraño críptido entre ALIE y La Llama de los comandantes, por el que un huésped de sangre negra y digitalizable es asesinado para introducir en su cerebro una pequeña base de datos que alberga la conciencia de uno de los primeros colonizadores de Sanctum. Merece la pena que nos preguntemos si se puede intercambiar una vida para dar otra, si alguien debe morir para que otro viva, pero ya hemos asistido a ese teatro en infinidad de ocasiones y, por mucho que creamos tener la respuesta correcta, dudaremos cuantas veces se nos presente el susodicho dilema.
Esto despeja toda sospecha sobre la malignidad de los Hijos de Gabriel. Su objetivo es salvar a todos los "sangre nocturna", y no matarlos, como nos parecía, de ahí que su controvertido lema sea "la muerte es vida". Si liquidan a la exquisita oligarquía de "los primeros", todos podrán llevar una vida digna, independientemente del color de su sangre. Los Hijos de Gabriel están liderados por un presunto anciano, y puede que tenga mucho -o bastante- que ver con el Sheik Heda, o comandante oscuro, que se presenta continuamente en los sueños de Maddie. Por otra parte, los llamados Hijos de Gabriel podrían deber su nombre a Gabriel, el amante de Josephine, que quizás fuera su fundador. Y el citado comandante oscuro podría ser el antecesor tanto de éstos como de la aristocracia asesina de Sanctum, porque "arrepentirse, renovarse, regocijarse y renacer" suena no poco a "de las cenizas resurgiremos", así como al búnker "Segundo Amanecer". Siendo así, y teniendo en cuenta que rinden culto a la creadora de ALIE (logotipo símbolo del infinito), podría suceder que los chips transporten al huésped muerto a la Ciudad de Luz, y que una parte de esa IA continúe operativa en Sanctum. Sin embargo, eso no explicaría por qué ALIE se desactivó, si aún tenía otra base de datos en la que refugiarse... Es decir, que Clarke, oficialmente, ha muerto, pero ¿y si ahora ha pasado a lo que podría ser otra Ciudad de Luz?
En lo que toca a las relaciones entre los personajes, cabe destacar la ausencia de varios de ellos en este episodio. Sí, se echan de menos las ironías de Murphy y los consejos de Abby, entre otros, motivo por el que el episodio podría haber resultado un poco insípido. Raven, Bellamy, Clarke y Echo son los que más han copado pantalla durante la retransmisión. Raven parece haber encontrado un nuevo novio, cuya relación se tensará más adelante por ser, precisamente, uno de "los primeros", ya que, de un modo u otro, algo debe pasar para que Bellamy y sus amigos se percaten de lo sucedido a Clarke y a Delilah. Por otro lado, vemos cómo Bellamy no se perdona a sí mismo por lo de Octavia y por muchas otras cosas, y cómo su relación con Echo se ha ido atenuando. Echo se aísla, y parece estar volviendo a sus orígenes, mientras que, en el caso de Octavia, parece estar sucediendo justamente al revés: salvar a Rose, estar a su cuidado, le ha humanizado, y podemos vislumbrar remotamente un futuro romance entre ella y el Hijo de Gabriel fugitivo, ése mismo que pretendía ayudarla.
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