CRÍTICA GENERAL DEL EPISODIO
Este miércoles The CW estrenó el ansiado y esperado primer capítulo de la séptima y última entrega de The 100. En España hemos tenido que esperar alrededor de un día para visionarlo con sus correspondientes subtítulos, pero finalmente lo hemos visualizado y el resultado no podría ser menos de un sobresaliente. A lo largo de la década hemos asistido a seis pilotos de temporada y seis finales, y aunque el de la S1 siempre será icónico, inolvidable y probablemente el mejor, siguiéndole el de la magnífica S2, el de la S7 no se queda a la zaga: una combinación perfecta de sentimientos, tensión, conflicto y misterio a ritmo desenfrenado y constante. En otras palabras, un comienzo del fin al que el calificativo de prometedor le calza pequeño.
Tras una S6 más pausada y previsible, que nos recordaba un poco al Monte Weather con la omnipresencia de los Primes (los Primeros) y sus inmorales mecanismos para prolongar la vida indefinidamente, la S7 se presenta controvertida pero muy en la línea de las primeras temporadas, con la diferencia de que el cliffhanger de la pasada entrega ha provocado que no haya un lapsus temporal entre ambas y que la acción nos devuelva a la última escena del 6x13. La diferencia fundamental entre el inicio de esta temporada respecto a las anteriores radica en el final de la S6 que, muy al contrario de la costumbre habitual, no tenía visos en absoluto de poder constituir un final de serie, es decir, que el equipo de rodaje y dirección de The 100 ya tenía muy claro que la serie no se cancelaría el año pasado, sino que habría una continuación y que ésa sería la última temporada. En cambio, los finales de la S2, la S3 y la S5 pudieron haber puesto perfectamente punto y final a las aventuras de Clarke, Bellamy y Octavia.
Es imposible decir que la serie ha perdido interés. En el mejor de los casos, lo ha incrementado, porque el capítulo plantea diversos hechos carentes de explicación racional que seguramente se irán entretejiendo a medida que se acerca el desenlace.
En este episodio aparecen la mayoría de los protagonistas y el metraje se reparte entre todos ellos, aunque con un decidido protagonismo de Clarke, que representa el mando único de Sanctum. Se echa de menos, eso sí, a Bellamy y a Octavia, de los que probablemente tardemos un poco en tener noticias, ya que aproximadamente la mitad de la trama gira en torno a ellos.
HOPE Y LOS ENIGMAS DE LA ANOMALÍA
La acción se desarrolla, como en la anterior, con el equipo de nuestros héroes repartido en diferentes localizaciones, volcado en la resolución de problemas dispares. Por una parte, Bellamy, Echo y Gabriel en el campamento y, por otra, Clarke, Madi, Raven, Murphy, Emori, Jackson, Miller, Jordan y los demás en Sanctum.
Bellamy busca desesperadamente a Octavia en el bosque entre sangre y lágrimas, mientras Gabriel investiga los símbolos de la recién aparecida Hope, que se había desmayado tras apuñalar a la más joven de los Blake, poco antes de que se esfumara en una nube verde. Sin embargo, Hope despierta en plena amnesia, reaccionando agresivamente a las preguntas de Echo y Gabriel, que acaban de percatarse de que a Bellamy lo han secuestrado unos individuos con trajes de invisibilidad que conducen a los jóvenes a una frenética persecución por todo el bosque de Sanctum. Hope no recuerda quién es su madre ni quién Octavia, ni por qué ni quién puso en su mano una nota diciendo "confía en Bellamy". Lo único que han podido averiguar Echo y Gabriel es que ambos no constituyen el objetivo de sus nuevos enemigos, pues no pretenden matarlos, sino trasladarlos al planeta Bardo. En cambio, sabemos que sí tienen órdenes de matar a Hope. Así, en esas circunstancia, los tres, de la mano, se embarcan en un viaje a través de la Anomalía, con la esperanza de hallar a Bellamy y a Octavia al otro lado, y de responder todas las preguntas que siguen formulándose incansablemente en sus mentes.
SANCTUM: EL IMPERIO DE LA VERDAD RENACE DE LAS CENIZAS DE LOS FALSOS DIOSES
Al mismo tiempo, Clarke enseña a Madi la nueva casa en la que van a vivir a partir de ahora, acompañadas por Indra y Raven, pasando más tarde a ocuparse de los problemas existentes entre las facciones que ahora hay en Sanctum, que son cuatro: los prisioneros de la Eligius, los supervivientes de Wonkru, los antiguos devotos de los Primes y los Hijos de Gabriel.
La mayor parte de la trama transcurre en Sanctum, que ahora es, como sugiere Raven, un polvorín, un nuevo mundo -lleno de minas- en el que se repiten los problemas que Clarke y los suyos quisieron dejar atrás cuando abandonaron la Tierra. Nos situamos en las postrimerías del combate entre la mentira y la verdad desencadenado en el 6x13, en el que la verdad se impuso a la fe, la injusticia y la inmoralidad. Sin embargo, es una victoria relativa, porque a veces la mentira es necesaria para evitar un daño mucho mayor, y a ella recurre Clarke para ahorrarse añadir más problemas a los que ya de por sí tiene, mintiendo a Madi, que es ajena a lo que sucedió cuando le desactivaron a Sheidheda, esto es, a que la Llama ha sido destruida y, con ella, todo el sistema religioso de los terrestres. Es un secreto que, si llegase a revelarse, constituiría una bomba de relojería y la dejaría sin apoyos, con los partidarios de Russell al borde de una nueva conspiración de venganza, porque incluso el último de los Primeros, aun recluido, le tiende la mano a Jordan, quien no le aprueba pero tampoco defiende.
El nuevo imperio, levantado sobre las cenizas del anterior, se termina sustentando, una vez más, en la mentira porque, seamos realistas, la paz, o el armisticio entre los diversos bandos se ha conseguido gracias en parte al co-liderazgo ejercido por Murphy y Emori, quienes, debemos recordar, se aliaron con Russell al final de la S6 para poder ayudar a manejar a los feligreses de Sanctum, quienes creían que ellos dos habían resucitado como nuevos Primes y secuaces de aquél. Eso les dio más tiempo para ejecutar sus planes, amén de las pérdidas habidas y de la culpabilidad que siente Murphy al haber revelado a los Primeros el método para elaborar sangre nocturna y que puso en peligro a Madi y a Abby. Clarke comparte también esa penitencia, ya que fingiendo ser Josie tuvo que decirle a Russell que la malla neuronal de su otro yo había sido completamente neutralizada. Si no lo hubieran hecho así, Clarke aún tendría a su madre a su lado, pero habrían perdido la guerra contra los Primeros.
Sin embargo, esa guerra está lejos de haber concluido, porque aún hay otras facciones que exigen compensaciones por sus servicios. Los Hijos de Gabriel, que eran desertores de Sanctum y habían firmado un pacto de alianza o, por lo menos, de neutralidad con Clarke, ahora piden sacrificar a Russell, su enemigo, mientras los fieles de éste pugnan por que se le conceda un trato especial como prisionero de la realeza. En mitad de la confrontación surgen los prisioneros de la Eligius liderados por Hatch (Chad Rook) y su compañera, interpretada por la actriz Alaina Huffman, que sólo quieren asentarse y crear una comunidad pacífica en la que vivir.
Clarke se niega a ajusticiar en la hoguera como lo hacían antes los Primeros con los que rechazaban su divinidad, pero sucumbe a Russell en la entrevista que ambos mantienen y en la que él le entrega las alhajas de su madre que Simone se quitó cuando pasó a ocupar su cuerpo. Wanheda lo patea y golpea hasta la muerte, provocando un incendio en el palacio y anunciando la muerte del último de los Primes, al tiempo que Russell es invadido por SheidHeda, hecho que no se habría producido si él mismo no hubiera hecho añicos el último chip mental que representaba la elitista cultura genocida que otrora dominaba el planeta Alpha (Sanctum).
MISTERIOS SIN RESOLVER
Por otro lado, los misterios que permanecen latentes son por qué Madi dibuja recuerdos nunca vividos ahora que ya no posee la Llama, por qué razón la Anomalía, que es un agujero de gusano, provoca alucinaciones que en algunos casos parecen recuerdos, como le ocurre a Hope, que parece recordar haber conocido a Octavia en el pasado, y por qué Jordan ha tenido visiones de dos anomalías cuando nunca las ha visto, aun estando tan lejos de su campo de influencia. Es posible que todo ello esté conectado y que la Anomalía, al haber sido activada, haya sido la causante. Además, existen otras piedras de Anomalía en otros planetas, como Nakara, lo que apunta a que la cultura que la creó quizás hubiera mantenido un enfrentamiento con los que habitaban Sanctum muchos años atrás. Por el momento sabemos que permite viajar a otros planetas, pero la pregunta es ¿en el mismo espacio y en el mismo tiempo?
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Philosophic Dragon
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