EN EPISODIOS ANTERIORES...
El plan para liberar Sanctum ya estaba en marcha, pero tras el protocolo de ajuste aplicado por Russell, éste y sus secuaces lograron escapar con Clarke-Josie a la Eligius, mientras Bellamy, Echo, Octavia y Gabriel se enfrentaban a los creyentes con la única arma que no les había defraudado: la verdad. El hecho de que la divinidad de los Primeros no constituyera más que un engaño propició un caos generalizado en la aldea, que terminó con nuestros héroes atrapados y a la espera de recibir ayuda de Gabriel, Murphy o Emory, quienes finalmente rehusaron subir a la nave, con la esperanza de poder arreglar la situación gracias a sus nuevas identidades.
"LA SANGRE DE SANCTUM"
Russell y su séquito se enfrentan cara a cara contra los líderes de Wonkru, Indra, Nyilah, pero Clarke toma la iniciativa y trata de poner remedio a una partida que, por el momento, ha finalizado en tablas. Wanheda debe prolongar artificialmente la duración de su papel. Russell baraja la posibilidad de criogenizar a sus discípulos, matar al resto de miembros dormidos de Wonkru a menos que se pacte una rendición, y trasladar la nave a otros planetas habitables del entorno.
En tierra, la cerradura apenas pude resistir los embates de la iracunda muchedumbre, pero repentinamente, se filtran unas potentes bombas estupefacientes que adormecen a Bellamy, Octavia, Echo y los demás. Cuando recuperan el conocimiento, se percatan de que han sido capturados por la sacerdotisa de Sanctum, que les obliga a ingerir un brebaje preparado con la toxina del sol rojo y con sangre sintética, "sangre de Sanctum", a aceptar la divinidad de los Primeros, o morir. Layla se resiste y es degollada, pero antes de que la noche se cobre sus almas, irrumpen Murphy y Emory, alias Daniel I y Kaylee I, que juzgan trasladar a los prisioneros a palacio. Algunos del pueblo llano no están de acuerdo y les obstaculizan, pero Gabriel abre las puertas del castillo rápidamente y todos se ponen a cubierto.
Arriba, en el espacio, la ficción de Clarke culmina al ser consciente de que continuar fingiendo implicaría la pérdida de demasiadas vidas inocentes, y huye rauda de Russell, Simone y sus escoltas por los pasillos de la Eligius, mientras en la enfermería Raven, Gaia, Indra, y Jackson hackean La Llama para expiar a SheidHeda de la mente de Madi, de la que apenas queda ya rastro. Clarke amenaza a los Primeros con flotarles, pero la astuta Simone trata de engañarla afirmando que es realmente Abby, una triquiñuela que no disuade a Wanheda quien, aún más inteligente, le interroga para descubrir su verdadera máscara. En cuestión de segundos, los cuatro Primeros se hallan levitando en el tenebroso firmamento, pero Russell aún está vivo y retiene a Madi, o más bien a Sheid Heda, y Clarke se apresura a encontrarla.
Entretanto, Gabriel, Bellamy, Emory, Murphy, Echo y Octavia discuten el modo de salvar a los infieles en la habitación de Jordan, aún hipnotizado por la sustancia del protocolo de ajuste. Murphy no desea involucrarse en otra guerra ajena, pero la unión fraternal entre Bellamy y Octavia es más sólida y se superpone a los individualismos.
Clarke vuelve a cruzar miradas con su asesino, Russell, quien colabora con Sheid Heda y ha despertado a todo Wonkru. De nuevo, Clarke interviene exitosamente, amenazando con suicidarse, lo que provoca que el tirano ceda el control psíquico a Madi, que comienza a experimentar tales convulsiones que Jackson, Gaia, Indra, Raven y los demás no tienen más remedio que destruir definitivamente La Llama. Sin embargo, y a pesar de disponer del libro de Beca, Raven se extraña y frunce el ceño: el exorcismo digital ha funcionado, pero la computadora señala "carga completa".
Murphy y Gabriel se disponen a ejecutar el plan de rescate, mientras el resto aguardan fuera, pero no contaban con la desconfianza de la sacerdotisa y de que ésta ordenaría inmolar a todos los no creyentes de la taberna, por lo que, a falta de otra alternativa, nuestros héroes se sumergen en una lucha sin cuartel contra los feligreses, que incluye una impresionante escena en la que Octavia arremete sin escrúpulos contra la sacerdotisa en llamas, una secuencia que es tanto más impactante por cuanto Marie Avgeropoulos es la responsable de su propio "stunt".
Una vez que regresa la calma, Gabriel se percata de que Octavia presenta unos inusuales tatuajes en su espalda que representan la Piedra de Anomalía. Entonces sospecha que su incursión en la marea verde no fue una cuestión de segundos y que , como afirma la misma Octavia, para resolver el misterio, ella debe volver. Al amanecer, tan pronto como los de la Eligius, Clarke, Bellamy y los demás se reúnen, Gabriel pone rumbo a su campamento.
Los conduce a un sótano que alberga un extraño artefacto con forma de espiral, que contiene símbolos matemáticos y que apareció hace miles de años. Entonces extrae el mapa de la Anomalía, suponiendo que los tatuajes de Octavia constituyen un código, una contraseña cuyo último símbolo, el octonión, comparte raíz léxica con el nombre de Octavia. Al presionar ésta dicho signo, se suceden unos temblores y de repente la Anomalía se precipita sobre ellos como una tempestad, sorprendiéndolos a todo excepto a la hermana de Bellamy, cuya mirada perdida en el horizonte precede a la llegada de una desconocida que ella identifica como la hija de Diyoza, Hope.
Hope, que también presenta tatuajes similares, sin apenas mencionar palabra, abraza a Octavia y hunde la daga en su costado. Octavia se desvanece lentamente y cae en brazos de Bellamy, al tiempo que Hope también pierde el conocimiento y Octavia, incomprensiblemente, es engullida por la Anomalía, desapareciendo ante las atónitas miradas de Gabriel, Echo, Bellamy y los demás, mientras el torbellino verde retrocede hasta su cuna de origen...
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Así, el extraño suceso, y el no menos inesperado cliffhanger que rodea a Octavia, ponen punto y final a una sexta temporada muy diferente de todas las que habíamos visto anteriormente. Una season menos dominada por la acción y los conflictos bélicos y, por el contrario, inclinada hacia lo psicológico. Un viaje hacia otro mundo que a su vez ha supuesto una travesía de lo superficial hacia lo trascendental, hacia la mente de nuestros protagonistas, un periplo visualmente colorido, vistoso y cautivador, a la vez que atroz, misterioso y despiadado, aunque completamente distante de los estereotipos que inundan otras ficciones del género, como el sexo, el poder y la violencia.
En esta ocasión no expondremos un apartado de conclusiones como os teníamos acostumbrados. Dado que el misterio sobre Octavia y la Anomalía da para mucho que hablar, lo comentaremos en un post especial dedicado a despejar un poco la incógnita acerca de su continuidad en la serie.
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